Lola es una belleza y ella lo sabe.Los clientes pagan por horas para disfrutar de su compañía. Usualmente se conforman con acariciarla, y ella a veces recompensa a sus favoritos apoltronándose cómodamente encima de ellos con los ojos cerrados, pose que a veces adopta para los fotógrafos. Lola es una gata persa que puede alquilarse en el Ja La La Café, en el bullicioso barrio de Akihabara, en Tokio, la capital japonesa. El negocio forma parte de la moda en auge de los "Gato-Cafés" que prestan a los clientes un servicio rápido pero intimo
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