Todo comenzó en abril de 2006 cuando un grupo de vecinos acusaron al entonces párroco, Felipe Pérez Riesco, de apropiarse de un valiosa cruz, cambiándosela por otra similar pero de muy inferior valor. El obispo, Camilo Lorenzo, como primera medida decidió no volver a enviar cura a la localidad hasta que los vecinos no pidieran perdón al párroco ante lo que él consideraba una acusación falsa. Relacionada:
meneame.net/story/sin-cruz-ni-hostias