Donald Trump regresó a la Casa Blanca el 20 de enero afirmando que «esta vez no habrá medias tintas», y su primer objetivo fue China. Apenas diez semanas después, el 2 de abril, proclamó lo que absurdamente denominó como «Liberation Day«: un arancel «recíproco» del 34% a todas las importaciones chinas (y otros a las de todos los países de mundo, incluyendo países en los que solo habitan pingüinos).
|
etiquetas: aranceles , trump , china , huawei , donald trump
Yo creo que su estrategia sale de un generador de ruido blanco. Pero un generador excelente, nadie sabe por donde va a salir la próxima vez.
Me da a mí que le van a pillar el truco y que para la próxima no cuela ...
Me gusta más una frase de Perón cuando consiguió barcos para exportar la carne y no depender los ingleses. Cuando quiso que le pagaran un precio razonable, los ingleses dijeron:
- No vamos a comprar a ese precio, a ver lo que aguanta con los almacenes llenos.
- Nosotros tenemos la carne, ustedes el apetito. Veremos quien aguanta más.
Sus votantes son, en buena parte, una panda de zopencos que no sabrían colocar Asia en un mapa mundi. No hace nada que no prometiera. Otra cosa es que la gente fuera tan lela como para votarle por ello.
Que Trump y su gabinete sean unos putos inútiles es lo de menos. Y, para cuando las consecuencias más chungas de su gobierno pasen factura, lo mismo hasta se ha muerto.
Es lo verdaderamente grave de este asunto: que a medio plazo el bofetón que se puede dar la economía gringa puede ser antológico.