Como toda historia legendaria, este relato cuenta con un protagonista de altura: un hombre de 36 años apodado “JS” para preservar su privacidad. ¿Y qué sucedió con JS? Pues que este buen hombre se presentó en su hospital de confianza con el estómago hecho un desastre: tenía punzadas abdominales que escapaban de cualquier escala de dolor humano. Según parece, la empresa donde JS trabajaba ofrecía bebidas energéticas de forma gratuita a sus trabajadores como un extra a modo de recompensa.
Comentarios
El cerebro ya lo traía dañado de serie.
¿Fue por una apuesta? Porque beber a ese ritmo durante 10 minutos…solo se explica con lo que dice #1
#1 El tío empezó a sentir síntomas al acabarse las bebidas y tardó días en ir al hospital. Muy listo no era de antes, pero además ha sufrido daños cerebrales.
Si la empresa hubiese dado vino se ahorraría esa baja.
"Según parece, la empresa donde JS trabajaba ofrecía bebidas energéticas de forma gratuita a sus trabajadores como un extra a modo de recompensa. "
#4 Si ese "beneficio" no es motivo de alarma en su cerebro, poco queda por hacer
Un puto genio
Lo único legendario de la historia es el nivel de estupidez.
Estaba condenado ya