Publicado hace 12 años por Juan_Domingo a internacional.elpais.com

Los secuestradores aprovechan las paradas para subir al tren conocido como La Bestia y asaltar a los inmigrantes indefensos. El tren se queda casi parado. La Bestia calla y suena una especie de disparo. Como un latigazo de aire. Nos ponemos en alerta por si los Zetas o las Maras están asaltando el tren. Alguien grita que estemos tranquilos, que es el maquinista que ha desenganchado un par de vagones. ¡Fissshh..! Otra vez. La Bestia parece que suspira. Eso es malo, me digo, cada suspiro es como un sorbo de vida del que uno se deshace.

Comentarios

macaba72

Desgarrador!!

D

Esto es el resultado de las magníficas leyes de extranjería que todos aceptamos sin ninguna vergüenza. Bueno, todos no. Yo no me canso de denunciarlas en cada ocasión que se tercia.