La escritora Rosa Regas siempre se ha caracterizado por no tener pelos en la lengua, como deja ver en Una larga adolescencia, la segunda parte de sus memorias, y como también deja claro al afirmar que algunos de los grandes periódicos también la han desilusionado.
Los periódicos de papel, al menos en las Repúblicas plataneras-populistas como la nuestra, se han quedado anclados en el siglo XIX.
Son ya un vestigio del pasado, puesto que el espectro de lectores para el que va dirigido se está extinguiendo, pero sus editores aún no lo saben.
No lo digo en plan guasa. ¿Han probado a observar el número de personas menores de 30 años que leen la prensa escrita? Es rarísimo observar este fenómeno tan extraño. Pues eso.
Rosa, tu y yo nos conocimos. Confesaste que dar el paso de ser editora a novelista, te suponía abandonar el hábito tabáquico y que te fue muy duro. Decías que el tabaco te daba dolores de cabeza.
Bueno, con estas cosas me animas a mi a dejarlo, porque te veo muy lúcida.
Comentarios
Como yo, como casi todo el mundo. Los periódicos en papel "se han suicidado".
#1 Ahora solo falta quitarles la respiración asistida.
PD: Sería conveniente que solo se donaran los órganos sanos.
Los periódicos de papel, al menos en las Repúblicas plataneras-populistas como la nuestra, se han quedado anclados en el siglo XIX.
Son ya un vestigio del pasado, puesto que el espectro de lectores para el que va dirigido se está extinguiendo, pero sus editores aún no lo saben.
No lo digo en plan guasa. ¿Han probado a observar el número de personas menores de 30 años que leen la prensa escrita? Es rarísimo observar este fenómeno tan extraño. Pues eso.
#2 Yo, a parte de en bares y cafés, solo veo diarios en las manos de gente de avanzada edad.
Lógico. Lo equivocado sería leer la prensa en papel (y sobre todo darle credibilidad)
Rosa, tu y yo nos conocimos. Confesaste que dar el paso de ser editora a novelista, te suponía abandonar el hábito tabáquico y que te fue muy duro. Decías que el tabaco te daba dolores de cabeza.
Bueno, con estas cosas me animas a mi a dejarlo, porque te veo muy lúcida.