Con métodos innovadores como el análisis de ADN ambiental y técnicas tradicionales de pesca, los investigadores buscan respuestas sobre la población actual de ajolotes en su hábitat. Las cifras son alarmantes: en 1998 había 6,000 por km²; en 2004 solo 1,000, en 2008 la cantidad se desplomó a 100 y, en el último censo de 2014, apenas se registraron 36. Ahora, en 2025, más de una década después, un nuevo censo intenta revelar su situación. Todo apunta a que la cuenta regresiva hacia la extinción continúa.