Caminar por la montaña, el campo, por acantilados junto al mar y por bosques frondosos tiene dos cosas en común: el placer de ese paseo, y los papelitos de mear. Este mes he caminado por Andalucía, Galicia, Asturias, La Rioja y el Pirineo aragonés, y el elemento que no ha faltado en ningún sendero ha sido el papelito: ese pañuelito de papel que sirve para secarse después de orinar, o de hacer aguas mayores en otros casos. A veces ni siquiera es un papelito, es una de esas infames "toallitas" que tardan en degradarse milenios y que el …