Billetes de avión, conductor con coche propio para 3 días, gasolina, hotel, comidas, ayudas a intermediarios… Tres mil euros de un plumazo para poder ver a los niños en la ceremonia de fin de curso (en Filipinas termina en abril). Al final, se plantaron en el centro escolar a tiempo y lo consiguieron. La directora del centro, conocedora del marco legal, con quien el padre había hablado la semana antes, se apresuró a buscar una solución y reunió a los pequeños con su padre y su hermana.