El 14 de mayo de 2006, Jaume, de 33 años, llegó de su viaje de novios y fue a una manifestación “contra la precariedad laboral y por una vivienda digna”. Allí escaló la fachada de los Juzgados del Contencioso Administrativo en la Gran Vía de Madrid y cambió la bandera española por la republicana. Esa noche la pasó en una celda. Ahora, la Fiscalía pide para él un año de cárcel y 4.000 euros por injurias a España y desorden público.
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