A Kiffmeyer le dieron vacaciones pagas en el 2002. Mientras estuvo de vacaciones no podía celebrar los sacramentos o de otra forma trabajar. Kiffmeyer presentó una apelación ante el Vaticano, que en su fallo dijo que los estudiantes habían tomado demasiado tiempo para reportar sus quejas. Bajo el canon de la iglesia, la gente tiene un límite de cinco años para presentar este tipo de acusaciones, dijo la arquidiócesis. (No acatan otra ley que la suya).
|
etiquetas: limbo , católico , corporativismo , delincuentes