Si tienes trece años, una orden de busca y captura por fugarte de un centro de menores y las malditas dos rayas púrpuras en el Predictor parece que todo te lleva a abortar un futuro inasumible en el hospital más cercano. Pero no todo el mundo es Clara. Esta superviviente de la calle -«me fui de casa a los diez u once años, no me acuerdo»- decidió que si había sido «mujer para hacerlo debía serlo para tenerlo. Es tu sangre. Un bebé es sagrado». Punto final.
|
etiquetas: madre , embarazo , adolescente , sanidad