La Junta Directiva de la Agencia Alimentaria de Reino Unido (FSA) ha cumplido finalmente con las previsiones. En su última reunión, celebrada días atrás, ha decidido aconsejar al Gobierno británico que inste a los fabricantes a retirar voluntariamente del mercado varios colorantes alimentarios, después de que un trabajo de la Universidad de Southampton vinculara el consumo combinado de estos aditivos y benzoato de sodio -combinación utilizada en bebidas refrescantes- con síntomas de hiperactividad en niños.
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