Piensen en un crítico. No lo imaginen sentado en un despacho universitario, bañado por la luz ordenada de la mañana, sino en la penumbra de una habitación de hotel, recostado en una cama deshecha. Piensen en un crítico que no se tome demasiado en serio, que se ría de sí mismo y de su oficio, que dude de todo, incluso de su propio juicio. Piensen en un crítico que no pretenda ser tramoyista, director ni juez; que no busque desentrañar una verdad última sobre los personajes de una novela ni sobre el mundo que habitan. Uno que no llegue con...
|
etiquetas: ensayo , críticos , libros , literatura
Pervertido!