“Las desterradas hijas de Eva” también llamadas “caídas” o “rojas”, encerradas en cárceles y reformatorios para ser salvadas de caer en el pecado. El franquismo las condenó a encierros eternos, vejaciones y todo tipo de malos tratos. Monjas Trinitarias, Oblatas, Adoratrices y de las Cruzadas Evangélicas que dependían de la institución Patronato de Protección a la Mujer. A él se llegaba a través de redadas callejeras, denuncias de familiares, de curas del barrio o de vecinos. Entrar era sencillo. Salir, misión imposible.

Comentarios

tul

estaban borrachos de poder, sabian que la vida de muchos pendia de que abriaran la boquita o no y nadie se atrevia toserles.

D

Religiosos-as. A la altura de la mierda de blog que no pienso ni pisar.

Dell_otro_lado

#1 Y le ha faltado el católico-as.