No resulta razonable que una bolsa que presume de ser la cuarta de Europa y la octava mundial por volumen efectivo de contratación, sea el escaparate de forma periódica y al parecer inevitable de movimientos más propios de una república bananera. Viene esto a cuento de las fuertes subidas, verticales y sin precedentes en algunos casos, que estos días experimentan las inmobiliarias cotizadas españolas. (...) La CNMV debería mover ficha. A lo mejor a la vuelta de las vacaciones.
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