Amnistía Internacional ha denunciado que la Junta Militar birmana sigue deteniendo líderes de la oposición, a pesar del compromiso adquirido con el enviado especial de la ONU. Human Rights Watch afirma que las inversiones de las multinaciones del gas y del petróleo en el país minimiza los efectos de las sanciones de la ONU y de la UE. Y para lavarse la cara, los militares permiten que la lider de la oposición, Suu Kyi, se reúna con miembros de su partido, la primera vez en más de tres años.
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