Un segundo arriba y sin cámara lenta. Dos salidas: a tocar tierra con las dos ruedas y respirar, o acabar plantado en la arena dando gracias al casco. Los grandes del BMX, es decir, Bicycle Moto Cross, un estilo libre con un punto de locura necesario, prefieren plantearse la primera opción a estar con miedo ante la segunda y quedarse sin saltar.