Hace ya 3 años, se proyectó la puesta en marcha de un taller de inyectado de termoplásticos en el centro penitenciario de Burgos. Según las previsiones iniciales, 15 internos iban a poder emplearse en él y fabricar sillas, platos, cubiertos y cubos de plástico para todos los centros penitenciarios del Estado. Según fuentes del sindicato Acaip, la línea de inyección de termoplásticos ocupa una superficie cercana a los 200 metros cuadrados pero solo a 3 reclusos; y se llevan invertida una cantidad que supera los 500.000 euros.
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