El gobierno holandés ha puesto en marcha una prueba piloto para cobrar impuestos a los conductores de vehículos por la distancia recorrida. La idea es gravar a los conductores en función del desgaste de las vías públicas y las emisiones contaminantes en vez de cobrar una cantidad fija por posesión de vehículos a motor. El control se realiza mediante un ingenio fabricado por IBM y NPX que indica en tiempo real los recorridos de los vehículos mediante GPS. La prueba se realiza con vehículos de trabajadores de las empresas participantes
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