Más o menos ocurre lo siguiente. Cuando el profe pedía la entrega de un ejercicio en clase siempre había alguno que decía aquello de: «me lo he dejado en casa» o «no me había enterado». A ese alguno le pasaba siempre lo mismo. Era el tonto de clase y no se enteraba nunca de nada. Cualquier intento de meter algo en su mollera resultaba tarea harto infructuosa.
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