ETA mató ayer en Calvià, en Mallorca, a dos guardias civiles, horas después del bestial atentado contra la casa cuartel de la Benemérita en la ciudad de Burgos, que –de no haberlo impedido la Providencia o el Destino- hubiera podido convertirse en una estremecedora matanza de guardias y de sus familias, incluidos numerosos menores de edad.
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