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#11:
#8 Ya lo hago yo por ti. Particularmente, los sudokus no son mi pasatiempo favorito, pero ya quieres darle un positivo, no te voy a dejar con el capricho
Cuando estaba en lo peor de la ansiedad y la depresión, mi cerebro no quería dejar entrar información nueva. Dicho de otro modo: no podía leer. Si lo intentaba no me centraba, acaba leyendo diez veces la misma línea, me entraba jaqueca, las letras me bailaban y no era capaz de entender lo que tenía delante de los ojos. Sólo algunos días podía hacerlo, y sólo algunos libros eran permitidos (Jeeves y Wooster fueron los grandes favoritos de mi sesera, sin duda por su ligereza argumental). Os aseguro que lo pasaba mal. Era realmente frustrante tener ganas de leer y ser incapaz de hacerlo. Muchas veces acababa llorando y me golpeaba con el libro, preguntándome a mí misma si es que me había vuelto más idiota todavía o algo así... La psicóloga de la mutua que controlaba mi baja me informó que era normal en mi estado. Mi cerebro se encontraba en un estado de alerta constante y autoestima nula; no era capaz de leer porque estaba convencido de que se avecinaba algún peligro contra el que debía estar alerta, y si la ansiedad bajaba, la culpa tomaba su lugar haciéndome creer que yo no merecía el placer, la desconexión de la lectura. Que me limitase a aprovechar los días o las lecturas que pudiera y que tratara de no torturarme más todavía. Qué fácil se decía. Yo era incapaz de darme respiro, TENÍA que lograrlo, igual que tenía que conseguir curarme y volver al trabajo, y vender, y volver a ser la número uno en ventas, resultados, tiempos... ¡no tenía tiempo para andarme con chorradas! ¡Si mi cerebro no quería trabajar, le obligaría!
Cuando me dio El Arrechucho que me llevó a la UCI, vaya si tuve tiempo para pensar en "chorradas" (en mí. En mi bienestar. En las cosas que realmente importaban y que no, no eran el trabajo ni las ventas). Una vez calmada y en medio del clima de AQUI NO SUCEDE ABSOLUTAMENTE NADA fuera de tomarte la glucosa y la tensión y cambiarte la bolsa de la sonda, mi cerebro dijo "me aburro. ¿Por qué no leemos algo?". Le pedí a mis amigos que me mandasen lectura al móvil y respondieron maravillosamente. Mi mejor amiga, conocedora de mi problema, me mandó libros que ya había leído y otros que no... a ver qué pasaba.
Wilt. Pasó Henry Wilt. Podéis creerme que lo recuerdo y me emociono. ¡Pude leer! Qué digo leer, devoré el libro como no lo hacía desde hace diez años. Me daba vergüencita reírme tanto en plena UCI, no podía evitarlo, me partía de risa. Desde entonces he recuperado muchas cosas y una de ellas fue el hambre lectora. Disfruto de los libros como cuando era adolescente y los devoraba uno tras otro y hasta dos a la vez. Si vuestro cerebro se niega a leer cosas nuevas, ES POR ALGO. No pretendáis obligaros, escuchad a vuestro cuerpo que es sabio y os da señales de parada cuando es necesario. No pretendáis abarcar más de lo que se puede, no es necesario poder con todo.
Y ahora, con vuestro permiso, me voy a la cama con Arthur y Ford, que han saltado dos millones de años gracias a un sofá y están de nuevo en la casilla de salida.
Cuando estaba en lo peor de la ansiedad y la depresión, mi cerebro no quería dejar entrar información nueva. Dicho de otro modo: no podía leer. Si lo intentaba no me centraba, acaba leyendo diez veces la misma línea, me entraba jaqueca, las letras me bailaban y no era capaz de entender lo que tenía delante de los ojos. Sólo algunos días podía hacerlo, y sólo algunos libros eran permitidos (Jeeves y Wooster fueron los grandes favoritos de mi sesera, sin duda por su ligereza argumental). Os aseguro que lo pasaba mal. Era realmente frustrante tener ganas de leer y ser incapaz de hacerlo. Muchas veces acababa llorando y me golpeaba con el libro, preguntándome a mí misma si es que me había vuelto más idiota todavía o algo así... La psicóloga de la mutua que controlaba mi baja me informó que era normal en mi estado. Mi cerebro se encontraba en un estado de alerta constante y autoestima nula; no era capaz de leer porque estaba convencido de que se avecinaba algún peligro contra el que debía estar alerta, y si la ansiedad bajaba, la culpa tomaba su lugar haciéndome creer que yo no merecía el placer, la desconexión de la lectura. Que me limitase a aprovechar los días o las lecturas que pudiera y que tratara de no torturarme más todavía. Qué fácil se decía. Yo era incapaz de darme respiro, TENÍA que lograrlo, igual que tenía que conseguir curarme y volver al trabajo, y vender, y volver a ser la número uno en ventas, resultados, tiempos... ¡no tenía tiempo para andarme con chorradas! ¡Si mi cerebro no quería trabajar, le obligaría!
Cuando me dio El Arrechucho que me llevó a la UCI, vaya si tuve tiempo para pensar en "chorradas" (en mí. En mi bienestar. En las cosas que realmente importaban y que no, no eran el trabajo ni las ventas). Una vez calmada y en medio del clima de AQUI NO SUCEDE ABSOLUTAMENTE NADA fuera de tomarte la glucosa y la tensión y cambiarte la bolsa de la sonda, mi cerebro dijo "me aburro. ¿Por qué no leemos algo?". Le pedí a mis amigos que me mandasen lectura al móvil y respondieron maravillosamente. Mi mejor amiga, conocedora de mi problema, me mandó libros que ya había leído y otros que no... a ver qué pasaba.
Wilt. Pasó Henry Wilt. Podéis creerme que lo recuerdo y me emociono. ¡Pude leer! Qué digo leer, devoré el libro como no lo hacía desde hace diez años. Me daba vergüencita reírme tanto en plena UCI, no podía evitarlo, me partía de risa. Desde entonces he recuperado muchas cosas y una de ellas fue el hambre lectora. Disfruto de los libros como cuando era adolescente y los devoraba uno tras otro y hasta dos a la vez. Si vuestro cerebro se niega a leer cosas nuevas, ES POR ALGO. No pretendáis obligaros, escuchad a vuestro cuerpo que es sabio y os da señales de parada cuando es necesario. No pretendáis abarcar más de lo que se puede, no es necesario poder con todo.
Y ahora, con vuestro permiso, me voy a la cama con Arthur y Ford, que han saltado dos millones de años gracias a un sofá y están de nuevo en la casilla de salida.
#36:
#3 #4 #29 Tuve una temporada que no podía dormir. Un método que me funcionaba muy bien era leer. Concretamente tenía en el ebook un libro que se llama "La catedral de Turing" Sobre los primeros ordenadores digitales. Había un capítulo cojonudo sobre ENIAC y como Mauchly y Eckert habían habían resuelto el problema de las válvulas termoiónicas, el potencial cero, las descargas y las gestión los estados de memoria evitando las averías de los filamentos de las válvulas y sus cátodos cuando estaban bajo estrés térmico y, y... zzz... zzz... zzz...
#3:
Todo lo que sea estimular la mente es santísimo y antiestrés. Yo me pillé un libro de sumas y restas tonto de estos de 0-100 en AliExpress y no veas lo que desestresa.
5 minutitos por la noche y te relaja un montón.
5 minutitos por la noche y te relaja un montón.
Comentarios
#8 Ya lo hago yo por ti. Particularmente, los sudokus no son mi pasatiempo favorito, pero ya quieres darle un positivo, no te voy a dejar con el capricho
Cuando estaba en lo peor de la ansiedad y la depresión, mi cerebro no quería dejar entrar información nueva. Dicho de otro modo: no podía leer. Si lo intentaba no me centraba, acaba leyendo diez veces la misma línea, me entraba jaqueca, las letras me bailaban y no era capaz de entender lo que tenía delante de los ojos. Sólo algunos días podía hacerlo, y sólo algunos libros eran permitidos (Jeeves y Wooster fueron los grandes favoritos de mi sesera, sin duda por su ligereza argumental). Os aseguro que lo pasaba mal. Era realmente frustrante tener ganas de leer y ser incapaz de hacerlo. Muchas veces acababa llorando y me golpeaba con el libro, preguntándome a mí misma si es que me había vuelto más idiota todavía o algo así... La psicóloga de la mutua que controlaba mi baja me informó que era normal en mi estado. Mi cerebro se encontraba en un estado de alerta constante y autoestima nula; no era capaz de leer porque estaba convencido de que se avecinaba algún peligro contra el que debía estar alerta, y si la ansiedad bajaba, la culpa tomaba su lugar haciéndome creer que yo no merecía el placer, la desconexión de la lectura. Que me limitase a aprovechar los días o las lecturas que pudiera y que tratara de no torturarme más todavía. Qué fácil se decía. Yo era incapaz de darme respiro, TENÍA que lograrlo, igual que tenía que conseguir curarme y volver al trabajo, y vender, y volver a ser la número uno en ventas, resultados, tiempos... ¡no tenía tiempo para andarme con chorradas! ¡Si mi cerebro no quería trabajar, le obligaría!
Cuando me dio El Arrechucho que me llevó a la UCI, vaya si tuve tiempo para pensar en "chorradas" (en mí. En mi bienestar. En las cosas que realmente importaban y que no, no eran el trabajo ni las ventas). Una vez calmada y en medio del clima de AQUI NO SUCEDE ABSOLUTAMENTE NADA fuera de tomarte la glucosa y la tensión y cambiarte la bolsa de la sonda, mi cerebro dijo "me aburro. ¿Por qué no leemos algo?". Le pedí a mis amigos que me mandasen lectura al móvil y respondieron maravillosamente. Mi mejor amiga, conocedora de mi problema, me mandó libros que ya había leído y otros que no... a ver qué pasaba.
Wilt. Pasó Henry Wilt. Podéis creerme que lo recuerdo y me emociono. ¡Pude leer! Qué digo leer, devoré el libro como no lo hacía desde hace diez años. Me daba vergüencita reírme tanto en plena UCI, no podía evitarlo, me partía de risa. Desde entonces he recuperado muchas cosas y una de ellas fue el hambre lectora. Disfruto de los libros como cuando era adolescente y los devoraba uno tras otro y hasta dos a la vez. Si vuestro cerebro se niega a leer cosas nuevas, ES POR ALGO. No pretendáis obligaros, escuchad a vuestro cuerpo que es sabio y os da señales de parada cuando es necesario. No pretendáis abarcar más de lo que se puede, no es necesario poder con todo.
Y ahora, con vuestro permiso, me voy a la cama con Arthur y Ford, que han saltado dos millones de años gracias a un sofá y están de nuevo en la casilla de salida.
#11 Te entiendo perfectamente, trabajo también en ventas y la presión es brutal. He pasado épocas realmente malas mentalmente y a pesar de ganarlo muy bien entendí aquello de que (con matices) "el dinero no da la felicidad". Recuerdo verme en el hospital en una camilla temblando y con una pastilla debajo de la lengua mientras un médico me pinchaba,
Ahora lo que hago es intentar no llegar a ese punto ya que el retorno es muy complicado. Aprendí que dedicarte una o dos horas al día a ti mismo es necesario.
#11 Gracias por compartir tu experiencia. Eres un ejemplo
#11 Me pasó lo mismo, más o menos, y mi Wilt ha sido Glen Cook y su Compañía Negra.
#11 gracias por este comentario.
#11 Siento enterarme de que lo has pasado mal, Dita. Y me alegra saber que estás mejor y recuperaste tu pasión literaria. Un abrazo.
#5 tampoco hace falta echárselo por la cara
#13 es que tiene muy mala leche
TL;DR
#5 Cambia de pareja
Todo lo que sea estimular la mente es santísimo y antiestrés. Yo me pillé un libro de sumas y restas tonto de estos de 0-100 en AliExpress y no veas lo que desestresa.
5 minutitos por la noche y te relaja un montón.
#3 ¿Has probado a hacerte pajas?
#4 A la parienta no siempre le parece bien que te pajees a su lado por la cara.
#5 Bueno, pues si se va a poner celosa mejor que le masturbe ella y arreglado. No creo que a él le importe.
#10 menos mal que no soy el único que lo ve todo tan claro
#4 Si, siempre cae un Vladimir después de las sumas y restas.
Combo perfecto.
#4
#3 #4 #29 Tuve una temporada que no podía dormir. Un método que me funcionaba muy bien era leer. Concretamente tenía en el ebook un libro que se llama "La catedral de Turing" Sobre los primeros ordenadores digitales. Había un capítulo cojonudo sobre ENIAC y como Mauchly y Eckert habían habían resuelto el problema de las válvulas termoiónicas, el potencial cero, las descargas y las gestión los estados de memoria evitando las averías de los filamentos de las válvulas y sus cátodos cuando estaban bajo estrés térmico y, y... zzz... zzz... zzz...
#4 ah entiendo. Mil gracias por las explicaciones. Estoy con mis dudas de coger un ebook a medias con mi mujer y todas estas cosas me interesan
#3 https://sumplete.com/
#7 Gracias, si tuviese karma te votaría positivo.
gracias, #7, me acabo de viciar
#22 Los lectores de tinta electrónica no son "lucecitas que se mueven por la pantalla", ignorante.
#22 Un ebook no tiene la pantalla como un móvil, es tinta electrónica. Es muy similar a leer en papel.
mi túnel carpiano agradece el e-book
Lo de tomar buenas decisiones no sé, pero el resto sí.
Hace unos días empecé a leer "La piedra de la locura" de Benjamín Labatut, es el segundo libro de él que leo, el primero fue "Un verdor terrible", y es un escritor interesante que mezcla historia, ciencia y literatura de una manera tan bien lograda que no aburre y que provoca leer todo de golpe y al final terminas con un montón de información nueva.
#45 Yo terminé hace poco el de Maniac. Me gusta mucho el tema de las computadoras y el de la biografía particular de algunos científicos. El caso es que John von Neumman es un personaje fascinante. Se merecía una historia, novela o biografía desde hace muchos años. Ya hay mucho libros sobre esa época, antes citaba La catedral de Turing, y Maniac no está mal. Me parece original la forma de abordar su personalidad, desde el punto de vista de la gente que lo rodeaba. Lo recomiendo, pero cualquier libro o biografía sobre von Neumman sería interesante... Ahora, la conexión de todo el libro con AlphaGo y la partida mítica de Lee Sedol por el campeonato mundial es muy curioso, pero pillado por los pelos para rematar el libro.
#48 Aún no leo "Maniac" pero conforme termine este empiezo a leerlo. Jaja sí, Labatut tiene esto de hilar fino, por ejemplo en "La piedra de la locura" la historia trata sobre el cuadro de El Bosco, Lovecraft y Philip K. Dick. Ya veremos cómo se conectan y cómo termina jajaja
Yo siempre leo según San Mateo
#22 No se cuanto aprendizaje te dará el papel, pero desde luego no te ha dado aprendizaje en modales y control de la agresividad.
Yo leo por necesidad, no se que dirá la ciencia.
#37 La ciencia esta a punto de descubrir que el agua moja. Dale 200 años. Entonces saldra una noticia en Xataka que dira que el agua moja gracias a la ciencia.
Yo solo leo los comentarios
leer en papel, no en pantalla. de nada
#15 Es mucho más cómodo un ebook. Para mí es un invento que me hizo retomar la lectura. Otra cosa es que te refieras a las pantallas tipo LED o brillantes. Ahí te daría la razón.
#16 El móvil está siempre a tu lado. Las pantallas son cada dia mas grandes y se puede modificar el tono y brillo. No es lo mismo pero he acabado pasando del ebook al móvil.
#19 añado...
Tengo Kindle y otros eReader pero los he cambiado por el móvil con Google Reader, así se sincronizan todos los dispositivos (pc, tablet y móvil).
Si voy a leer mucho y seguido, vuelvo al Kindle pero si voy a leer a ratos y no se cuando ni donde, prefiero el GoogleReader con el dispositivo que tenga a mano.
#38 Pensaba que había aplicación Kindle para todos los dispositivos, no solo el ebook
#40 Si. Pero si lees en Kindle, un mismo libro, en el Kindle, el pc y el móvil, no se sincroniza el punto de lectura y has de situarte cada vez que cambias de dispositivo.
Con Google reader (app) , se sincroniza todo.
#43 Pues vaya, una cosa tan simple como esa y que no la tenga es un fallo de la leche.
#46 perdona. Si que lo tiene. Todo lo Kindle de una cuenta también se sincroniza. Mi problema es que me es más fácil pasar los libros a GoogleBooks que guardarlos en el entorno Amazon con sus formatos exclusivos. Y una vez en GoogleBooks ya es más fácil usar GoogleReader.
#15 Pruebe un Kindle paper White o un kobo, desde que los probé hace 14 años me parecieron tremendos. Poco peso, poco volumen, si tienen iluminación una pasada para leer de noche y la misma comodidad para leer que el papel (no cansan la vista como una retroiluminación estilo móvil).
#21 voy a probar una p=ll4! está probado a nivel neurológico que leer lucecitas que se mueven en una pantalla, ya sea el dispositivo como sea, no produce el mismo efecto ni de aprendizaje ni de nada que leer en papel. pero tú sigue con lo que ya sabes que es mejor que nada
#22 La tinta electŕonica no son luces.
8. Ayuda con el insomnio
Totalmente cierto.
"8. Ayuda con el insomnio
Muchas personas suelen leer en las noches como un método para atraer el sueño. Resulta que se ha comprobado que desarrollar el hábito de la lectura con este fin sí tiene efecto.
Por otro lado, recordemos que al disminuir el estrés y relajar el cuerpo es más probable conciliar el sueño. Solo 6 minutos de lectura bastarán para lograr el efecto."
Bueno, si estás leyendo a Stephen King, no tanto 😱
Algunas cosas de leer un libro es el olor de las páginas, si es nuevo o no te lo has leído muchas veces.
#20 eso se pierde con los libros digitales.
Yo lo echo de menos, pero es que son muy cómodos.
#23 Ya, pero si te lees el señor de los anillos en formato digital y no en físico se te aparece en sueños Aragorn llorando
la ignorancia de algunos da miedo, y lo peor es la manera de mostrarla.
#30 era para el #_22 que me ha ignorado. Y este es el nivel señores