El optimismo respecto al futuro es un rasgo típicamente humano. Las personas suelen esperar que las cosas les sean favorables, que vivirán más que la media o que su feliz matrimonio no terminará en divorcio. Ahora un equipo de científicos ha relacionado la actividad en zonas determinadas del cerebro con el optimismo y ha visto que son las mismas que se habían relacionado anteriormente con las experiencias de dolor y con la depresión, a su vez relacionada con el pesimismo.
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