Las amistosas reuniones entre Orbán y Putin son ya costumbre bien establecida. Oficialmente se centran en temas económicos pero sin duda incluyen mucho más sobre lo que las instituciones europeas prefieren apartar la mirada. La afinidad entre Orbán y Putin revela hoy una identidad substancial de puntos de vista entre ambos que la Unión Europea prefiere pasar por alto, para no mostrar la fragilidad y contradicciones que socavan su compromiso «unificado» de apoyar a Ucrania.
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etiquetas: antifascismo , antimilitarismo , federación de rusia , unión europea
Putin tiene 73 años y pocos le quedan viendo su careto de plástico
Lo que debería preocupar es lo que venga y el que venga después de la aventurita de ego en Ucrania, que vaya marrón le ha dejado
Nos puede resultar horrible Putin, pero seguro que podría haber sido peor, podría haberse escalado en una guerra nuclear o podríamos haber tenido un accidente nuclear en la central nuclear de Zaporiyia.