Publicado hace 5 años por doctoragridulce a blogs.elconfidencial.com

Llevo todo este año dándole vueltas a la queja feminista de que el cine es machista, de que no hay directoras y de que, por ello, escasean los papeles importantes para las actrices. Las vueltas que le doy a esta filípica -por lo demás, bastante sensata- tienen que ver con eso que se desliza a veces sobre un “punto de vista femenino” o una “mirada femenina”, que se echa de menos. Yo creo, la verdad, que esa mirada femenina no existe.

Comentarios

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#2 De profesión: ofendidos.

Brugal-con-cola

#2 Me voy a ganar 700 negativos, pero cada día queda más claro que por genética, ingeniería social, o como se llame, la mujer es por media muchisimo más victimista y necesitada de aprobación gratuita que el hombre. Y este neofeminismo no ha hecho más que dar un paso gigante atrás en este sentido.

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#6 Como no empiece pronto a ver mujeres protestando contra el feminismo, te voy a tener que dar la razón...

wondering

#6 Echa un vistazo a esto, te vas a descojonar:

D

#2 Mujeres quejándose de cosas que en realidad no les molestan, sólo para llamar la atención. La novedad.

againandagain

#1 Te voy a resumir en una frase, de que va todo esto, "el que no llora, no mama", y ahora mismo Europa da mucho de lo que mamar.

gonas

#9 Y el problema de todo esto, es que se está matando el talento.

D

#16 Yo creo que sí hay un punto de vista femenino. Los putos triángulos amorosos. Eso un hombre no lo escribe. Si hay triángulo la autora es mujer.

parabola

El autor del artículo no ha entendido a qué se refieren estas "feministas" con "punto de vista femenino".

Se refieren a que el cine le dé más papeles a actrices sin talento como ellas ya que si no pueden vivir del cine tendrán que vivir de las subvenciones feministas.

x

#3 Yo siempre pienso en Cristina del Valle, la de Amistades Peligrosas, que es una cantante que no canta pero que está en todas las salsas...

D

No hay dos mitades de la imaginación como no hay dos mitades del talento.
Y usted, mi querido Olmos, no entra en ninguna de esas categorías.

againandagain

#4 Pues fijese usted que estoy de acuerdo con eso, suponer que cosas como el talento se dividen naturalmente al 50% es ridículo, tanto como pensar que ese talento se pueda dividir de manera equitativa entre los individuos de cada mitad.

D

#8 Yo no estoy de acuerdo con la suposición de que A. Olmos tenga imaginación o talento. Usted piense lo que le plazca, Salud.

againandagain

#10 No he disentido de ese punto

D

#11 Perdón si le entendí mal.

Nova6K0

La base del mundo de la propiedad intelectual es la rentabilidad y el marketing y la publicidad, no el talento. De hecho si actores y actrices, artistas no fuesen tan guapos/as físicamente hablando no estarían donde están, en bastantes casos. De hecho solo me hace falta ver quienes protagonizan una serie o una película, quienes de hacen de malos e incluso quienes mueren primero.

Así que hablar de talento indivisible o 50% femenino o masculino es una idiotez cuando la cosa demasiadas veces no va de talento.

Salu2

eKualLizes

A mí me gusta el CINE, la MÚSICA, las NOVELAS, etc.
= Si me han gustado las recomiendo más y si no me han gustado las recomiendo menos y punto
No me interesa saber el sexo del que lo hizo.

Autarca

El otro día vi 'En realidad, nunca estuviste aquí', por ejemplo, una película muy violenta que había dirigido un fulano. A los que llevamos sin pegarnos desde una tarde de 1989, lo que más nos gusta en esta vida es ver películas violentas. Sabiendo que iba a serme imposible recordarlo, copié el nombre de su director en IMDB para averiguar si había visto alguna otra película suya. El nombre del director era Lynne Ramsay. Era una directora. Lo supe por la foto que acompañaba su perfil. Me entró un subidón importante, en ese mismo momento.

Generalizar es lo que tiene, que te estas llevando sorpresas cada dos por tres.

Hablar de punto de vista femenino es tan ridículo como hablar de punto de vista humano.

D

No hay mayor apropiación cultural de lo femenino que la efectuada por el feminismo para negarse a reconocer la realidad.