A Lucía no le han dejado subir al autobús. Tiene sólo 10 años, vive con una grave discapacidad del 83%, no puede hablar y está postrada en una silla de ruedas porque tampoco sabe caminar. Sufre lo que se llama el síndrome del maullido de gato, una enfermedad rara que sólo afecta a una persona de cada 20.000 y que hace la vida muy complicada para ella y su familia.
Que suerte tengo, si lo hace delante mio soy yo el que estaría en la cárcel
Desde la empresa de transportes se considera que es un juicio entre particulares....Quien mantiene en su puesto a semejante psicópata ¿No tiene ninguna responsabilidad ?
Desgraciadamente los malos tratos son el pan de cada dia para los discapacitados. Este caso es muy leve comparado con otros malostratos que sufren a diario muchos discapacitados.
Este hijo de la gran puta es de los que votan al pépé y cuando hacen huelga, es el esquirol que se veneficia de los beneficios que han ganado los demas.
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Que suerte tengo, si lo hace delante mio soy yo el que estaría en la cárcel
Desde la empresa de transportes se considera que es un juicio entre particulares....Quien mantiene en su puesto a semejante psicópata ¿No tiene ninguna responsabilidad ?
Desgraciadamente los malos tratos son el pan de cada dia para los discapacitados. Este caso es muy leve comparado con otros malostratos que sufren a diario muchos discapacitados.
Este hijo de la gran puta es de los que votan al pépé y cuando hacen huelga, es el esquirol que se veneficia de los beneficios que han ganado los demas.