La trama de corrupción en Valencia y las últimas declaraciones de Rita Barberá asegurando que en este país todos los políticos reciben regalos, sin ni siquiera censurarlo, ponen sobre la mesa la talla moral de las instituciones españolas. La batalla judicial se librará en los tribunales; la batalla ética ya se está librando y declaraciones como las de Barberá no ayudan en nada a hacer de las instituciones públicas lugares más transparentes. Recibir regalos a título personal es una mala práctica. No sólo de la esfera política.
Comentarios
Yo prefiero unas buenas anchoas a un trozo tela
Algo huele a podrido y no es en Dinamarca
Llamar regalo a los intercambio de favores entre políticos y empresas.. anda que ya le vale a esta tal Rita. Yo la mandaba al paro con una "caricia" en toda la boca.
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