Hace 15 años | Por oscarantolinez a publico.es
Publicado hace 15 años por oscarantolinez a publico.es

En junio del año pasado, en la Organización Europea para la Investigación Nuclear (CERN), a las afueras de Ginebra, los físicos afilaban las armas listos para el comienzo inminente de la cacería del bosón de Higgs. La escurridiza partícula de Dios, bautizada así por el investigador Leon Lederman, debía aparecer entre las colisiones provocadas por el acelerador LHC. Su hallazgo explicaría por qué los objetos tienen masa, y los responsables aspirarían al Nobel.

Comentarios

D

Pues se cambiaría el modelo suatómico y a buscar de nuevo.

niñadelastormentas

Seguiremos haciendo como hemos hecho hasta ahora, inventarnosla... roll

vicious

¿no era un trile? a no, eso era una especie de timo... aunque pensándolo bien como ésta, ¿no?

emulenews

Por cierto, si el bosón de Higgs no existe, no pasa nada, sólo que la explicación teórica de ciertos parámetros del Modelo Estándar requiere más complicaciones matemáticas de las esperadas. Ya hay teorías sin bosón de Higgs, pero son más complicadas que las que lo usan.

Por cierto, el LHC se ha construido para muchas más cosas que sólo buscar el bosón de Higgs, también busca la materia oscura, la supersimetría, y muchas otras cosas.