Hace 15 años | Por dosdoce a elpais.com
Publicado hace 15 años por dosdoce a elpais.com

Cuando nos dicen que en pocos años vamos a leer en libros electrónicos no es de extrañar que la mayoría de los lectores rechace la idea. Su experiencia de lectura en pantallas se limita a la de un ordenador, que resulta muy incómodo debido a la intensidad de luz que emite su pantalla y que nos hace acabar la jornada laboral con la vista cansada de leer y escribir correos electrónicos. Afortunadamente, la lectura de un libro electrónico no tiene nada que ver con la agotadora lectura en ordenadores.

Comentarios

D

no sé yo si será el sustituto de verdad, para los libros del colegio puede que sí, para no deslomar a los crios, y sí, se ve muy bien la pantallita y no acabas con los ojos llorosos ni medio ciego como con los pdas y pantallas de ordenador, pero siguen gustándome más los libros de papel que no necesitan nada más que el libro y los ojos para leerlos.

La necesidad de electricidad no me gusta pero se puede tolerar, la dependencia de un ordenador para comprar tus libros o copiarlos al lector es un tema muy peligroso por los muchos "avances" y cambios de hardware que se producen en periodos relativamente cortos en los que a lo mejor simplemente te cambian la forma del conector por otro mucho más rápido y avanzado pero totalmente incompatible con tu lector que de barato tiene bien poco, sin contar con las licencias de los libros electrónicos comprados que solo sirven para un ordenador. Vamos, que es el nuevo sacadinero electrónico por muy bien que se vea. (ah, y los cacharros electrónicos suelen ser más delicados que los libros de papel y aguantan peor el tiempo)

D

La necesidad de electricidad de un libro electrónico es mínima, puede estar semanas enteras perfectamente sin recargarse porque la tinta electrónica no gasta mientras esté fija, otra cosa es que el mismo cacharro se use para wifi, reproductor mp3, pantalla táctil,..., en ese caso si que consume bastante, pero vamos si nos restringimos a la función de libro electrónico la batería dura bastante tiempo.

Los cambios de hardware, pues sí es lo que hay, nunca ha sido un problema en infinidad de objetos electrónicos, y la mayoría de libros llevan elementos lo suficientemente estándar para suponerles una vida útil bastante dilatada, al menos por lo que respecta a la conectividad, USB (para 15 años va ya, y los actuales siguen siendo retrocompatibles, así que es un seguro bastante bueno de que los vas a poder seguir usando en el futuro), tarjetas SD o 802.11. Y lo de depender de un ordenador, si te molesta mucho tienes algunos como el Kindle de Amazon que se conecta mediante wifi y se descarga los libros, sin tener que utilizar un ordenador.

Sobre lo del tiempo pues puede que el libro electrónico sea menos duradero, pero es fácilmente sustituible, y los libros en formato digital s pueden copiar sin pérdida alguna, salvando restricciones de DRM evidentemente, pero si aceptas el DRM ya es tú problema, hay montones de libros que no lo utilizan. Y vamos cambiar de lector cada varios años no debería ser ningún problema, sobretodo si se extiende que bajarán bastante de precio porque ahora son una tecnología "nueva" (entre comillas porque ya tiene su tiempo).

D

#2 Los "fetichistas del papel" que conozco, después de descartar la lectura en pantalla y hacer románticos panegíricos del libro de celulosa, se pasan luego más tiempo leyendo cosas en PC/Internet que en cualquier otro sitio.

M

Desde la ignorancia.. ¿no podrían venir ya las pantallas de los Pc con algun tipo de opción para cambiar la intensidad de la luz y todo lo demás a "modo ebook"?

D

Cada vez que enseño mi ebook hay alguno/a que dice: "Si, se ve como el papel pero a mi que no me quiten eso de pasar las paginas...". Yo los llamo "fetichistas del papel"

En fin, si fuese por algunos, aun estariamos rayando tablillas de arcilla.

D

Los van mejorando. Puedes leer al autor en el idioma que desees. Comparar traducciones, cambiar el tamaño de la letra. Hacer llamadas a palabras o frases en el idioma original. Lo mejor, no llevar peso.