Durante siglos, la inteligencia se medía según la memoria de las personas o su capacidad para resolver problemas empleando la lógica, la deducción o conocimientos previos. Sin embargo, en 1920, Edward L. Thorndike se dio cuenta de que había gente muy inteligente que no encajaba en esos patrones y que, a pesar de ello, tenía éxito en la vida. ¿Su secreto? Un especial talento para relacionarse socialmente. Por esa razón, Thorndike llamó a esa capacidad inteligencia social, que es la antecesora de la actual inteligencia emocional.
Comentarios
Tener curiosidad, especialmente por las personas del entorno y preocuparse por lo que les sucede, es un signo de inteligencia emocional.
Cuidado con eso. A ver si ahora la Vieja'l visillo no es una cotilla sino una persona con inteligencia emocional.
1. Paso de leer la noticia y me voy a otra.
Aquí otro retarded emocional
Ya sé que no tengo. Gracias.