Natasia Urbano protagonizó icónicas portadas de revistas y campañas publicitarias junto a algunos de los rostros más aclamados del mundo de la moda. Trabajó para una de las agencias más prestigiosas y para firmas como Yves Saint Laurent y Revlon. En la actualidad, a sus 57 años, ha sido desahuciada tres veces y se ve obligada a elegir entre pagar la luz, el agua o comer. Las calles de Barcelona, la ciudad en la que nació, han sustituido a las grandes pasarelas de Nueva York.
Comentarios
#2 la felicidad la da el tener cabeza
#1 Qué triste y penoso... Pobre mujer. Seguro que si vende su historia, le puedan hacer una película o telenovela y así al menos poder salir de la calle...
#12 en ciertos casos tienes razón, pero ganando 1 millón por 20 días de curro, la cabeza es esencial
#4 No, mandan las circunstancias, ya puedes tener toda la cabeza del mundo que si las circunstancias son jodidas, saldrás jodido.
Lo de tener cabeza sólo aumenta posibilidades de encontrar la felicidad, pero no la segura.
¿Topmodel y no tienen ni una foto para el gran reportaje?
Su vida dio un giro inesperado y, en pocos años, se vio sin nada y al cargo de dos hijos: "No sé cómo ha podido pasar todo esto, igual he firmado cosas, documentos, pero yo no recuerdo haber firmado nada".
Estoy seguro que si su belleza estaba a la altura de su capacidad de síntesis tuvo que haber ganado mucho dinero...
#2 No, regalar tu dinero no da la felicidad, que es distinto.
#10
Todo lo pagaba con mi dinero. Al segundo día de conocerlo quiso que le comprara un BMW, y yo, como una tonta, le hice el cheque. Estaba enamorada".
Vida a tope de dinero, y de drogas y alcohol, que hay que contarlo todo
CALLEJEROS!
Que los report periodistas se han reciclado.
#2 pero no tenerlo, claramente da la infelicidad.
Una leccion para que aprendamos a gestionar nuestra pasta.
#2 Mis cojones.
Lo de chupar pollas no lo dice...
Ella misma lo explica: "El dinero nunca ha sido mi objetivo en la vida, y cuando lo he tenido he sido generosa. Y ahora estoy así".
El dinero no da la felicidad. Una lección para todos.