#7 No... una tienda de móviles. En Mercamadrid. Local super pequeño, entro como a las 13 y me cruzo con un tipo que salía. Y nos cruzamos en un espacio reducido, porque la tienda no tenía más de 3 metros de ancho. Y dentro no había nadie a la vista. Pensé que el de la tienda estaría en la trastienda y no me dio tiempo a pensar más porque la persiana empezó a bajar. Vamos, que el tipo que me crucé en la misma puerta era el puto dueño y me encerró dentro. Por supuesto, no me oyó cuando le grité, y allí me quedé. Llamé a mi curre, que eran los que me habían mandado a comprar algo allí. Todo esto con el teléfono de la tienda que por suerte había, porque yo no llevaba nada.
Y claro, en Mercamadrid. Mi jefa llamando a las oficinas centrales para explicarles que me había quedado encerrada. Le dieron el número del tipo que ya se había pirado a su casa y estaba en la carretera. Nadie tenía la llave en el Merca para abrirme... hasta que el otro respondió y se tuvo que volver a abrirme.
El muy subnormal me había visto entrar, joder, se había tenido que apartar para que yo pasara... Aún hoy no me lo explico y aunque el gilipollas era él, que me vio entrar, no dijo ni Pamplona y me encerró, me sentí muy muy tonta y aún hoy me da miedo quedarme encerrada en los sitios.
Esta es mi historia de mierda. Entonces encima era joven y estaba de buen ver, supongo que ahora me ignorarían con más facilidad.
#8 Pues sí, lo siento.
Creaste una pequeña fobia, se superan.
Un amigo se quedó en un cajero en una calle del centro y se tiró casi 3 horas.
Tuviste algo de sangre fría.
Comentarios
Solo falto que hubiese sido Navidad.
Pobre hombre, los ancianos son cada vez más invisibles.
#1 No, es que algunos son como ninjas. No lo digo de coña.
Frostirico ha vuelto.
Joder... Mañana os cuento lo mío. Aún tengo claustrofobia y fue hace como 16 años...
#6 ?¿?¿ Una cabina?
#7 No... una tienda de móviles. En Mercamadrid. Local super pequeño, entro como a las 13 y me cruzo con un tipo que salía. Y nos cruzamos en un espacio reducido, porque la tienda no tenía más de 3 metros de ancho. Y dentro no había nadie a la vista. Pensé que el de la tienda estaría en la trastienda y no me dio tiempo a pensar más porque la persiana empezó a bajar. Vamos, que el tipo que me crucé en la misma puerta era el puto dueño y me encerró dentro. Por supuesto, no me oyó cuando le grité, y allí me quedé. Llamé a mi curre, que eran los que me habían mandado a comprar algo allí. Todo esto con el teléfono de la tienda que por suerte había, porque yo no llevaba nada.
Y claro, en Mercamadrid. Mi jefa llamando a las oficinas centrales para explicarles que me había quedado encerrada. Le dieron el número del tipo que ya se había pirado a su casa y estaba en la carretera. Nadie tenía la llave en el Merca para abrirme... hasta que el otro respondió y se tuvo que volver a abrirme.
El muy subnormal me había visto entrar, joder, se había tenido que apartar para que yo pasara... Aún hoy no me lo explico y aunque el gilipollas era él, que me vio entrar, no dijo ni Pamplona y me encerró, me sentí muy muy tonta y aún hoy me da miedo quedarme encerrada en los sitios.
Esta es mi historia de mierda. Entonces encima era joven y estaba de buen ver, supongo que ahora me ignorarían con más facilidad.
#8 Pues sí, lo siento.
Creaste una pequeña fobia, se superan.
Un amigo se quedó en un cajero en una calle del centro y se tiró casi 3 horas.
Tuviste algo de sangre fría.
bueno, si has de quedarte encerrado un tiempo en un sitio una tienda de comestibles me parece un lugar apropiado