Aunque con menos carisma y sin duda una atención muy inferior, hay en Finlandia un Gobierno que ha encontrado en Margaret Thatcher su modelo. Una coalición de la derecha y la extrema derecha que, nada más llegar al poder, implementó drásticos recortes del gasto público, sobre todo en Sanidad, al mismo tiempo que rebajó impuestos a los más ricos. Con la excusa thatcherista de equilibrar el presupuesto del país, el Ejecutivo finés, según Amnistía Internacional, se afanó en abordar severas medidas de austeridad que, sorpresa, se han topado ahora..