Dicen que un año de perro equivale a siete en humanos. En Menéame, uno equivale a veinte de internet. Después de veinte, seguimos vivos, rentables y más libres que nunca.
En diciembre hará veinte años del nacimiento de Menéame. En 2015 dejé de ser su CEO por incompatibilidad con un cargo en la administración pública. Ocho años después, volví. No por nostalgia —de eso ya andamos servidos— sino porque me parecía injusto dejar morir una de las pocas comunidades digitales que aún no están gobernadas por un algoritmo opaco.
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etiquetas: menéame , historia , algoritmo , internet
El nótame ya lleva unos días siendo esto:
Perra vida, he tardado mucho en leerlo.
Ya lo ha hecho hace 3 minutos.
Eres tu
mi príncipe azul
que yo soñé
eres tu, tus ojos me vieron con ternuras de amor
Yo me he encargado de ese papel, el más impopular: provocar el rechazo de quienes viven del conflicto y de hacer
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Puto paco, gobernando las comunidades digitales que no gobierna el algoritmo.
Suelto una batallita de emprendedor, paralela al rescate de Menéame: en Dentalpic —que pronto se llamará Jawplay— alcanzamos el product–market fit muy rápido: los dentistas quieren pagar porque el producto les ahorra tiempo, mejora diagnósticos y proyecta modernidad. El product–market fit es eso: que el mercado profesional valida el producto y está dispuesto a pagar por él."
¿Qué significa esto? Traducción, por favor.
Se lo puedes decir tú mismo en el notame, o en su blog.
O que se pase por aquí, y que lea tú comentario.