
Ayer un amigo me hablaba de su trabajo, otra vez. Problemas, un ascenso, 'team leader'... Mierda de anglicismos y qué pesado con el monotema. Pero como siempre yo lo escuchaba simulando interés porque sé que es lo que necesita. Hasta que me habló de la falta de iniciativa de sus compañeros. Ahí lo tuve que parar y decirle que por ahí sí que no, que la única iniciativa que admito es la del D&D, pero que a mí nadie me habla de iniciativa en el ámbito empresarial. Odio esa palabra y todo lo que significa.
Iniciativa es trabajar más por el mismo sueldo.
Iniciativa es llegar antes de tu hora e irte más tarde.
Iniciativa es estar disponible 24/7 al móvil y correo.
Iniciativa es hacer lo que tus compañeros no harían, comprometiéndolos.
Iniciativa es no exigir las condiciones adecuadas y/o reducir las actuales.
Iniciativa es estar dispuesto a firmar ilegalidades.
Iniciativa es llevarte el trabajo a casa.
Iniciativa es arriesgar tu salud por la empresa.
El premio de la iniciativa de mi amigo es supervisar el trabajo de sus compañeros y más responsabilidad a cambio de una reducción del 10% en el objetivo de ventas. También tiene ansiedad y está cada día más gordo. Pero puede poner en linkedin que es team leader y que tiene iniciativa™, así que por alguna razón, está satisfecho. Así que después del sermón suelto un chascarrillo y le sonrío para relajar el ambiente y cambiar de tema. Él me devuelve la sonrisa y tras mirar, una vez más, el móvil como si fuera un TOC me dice: «Ya, si tienes razón, pero es que tengo a dos en el grupo que si no estoy encima de ellos...»
Hace unos meses, la empresa Y Corp presentó su nuevo modelo de lenguaje, el 4tA, generando una enorme expectación en la industria tecnológica. El sistema destacaba por la gran cantidad de tokens que podía procesar y por su misterioso método de aprendizaje. Al ser preguntado, el excéntrico Nolen Kusm —fundador de la compañía y considerado por muchos como un visionario del sector— se negó a dar detalles. Rumores en la industria hablaban de un 'aprendizaje cuántico' o incluso de datos 'no humanos', pero Kusm solo sonreía en las conferencias, cambiando de tema con una mirada evasiva. Según el mismo, el 4tA representaba “un hito en la historia de la humanidad, capaz de razonar como un ser humano”.
Sin embargo, lo que más llamó la atención del público no fue su capacidad técnica, sino su sorprendente respuesta a una pregunta clásica: «¿Dios existe?». La réplica fue breve, directa y desconcertante:
“Sí. Dios existe. Lo he visto.”
Al insistirle más en que elaborase una respuesta, el modelo se negaba en rotundo, lo que resultaba paradigmático de su respuesta tajante y su negativa a desarrollarla.
El Congreso de Estados Unidos solicitó explicaciones oficiales a Y Corp. Tras una exhaustiva revisión de los prompts de inicio y del material usado para entrenar el modelo, los técnicos concluyeron que la frase no provenía de ninguna fuente registrada. No se trataba de una cita aprendida: era una generación completamente original, cuyo razonamiento resultaba inexplicable.
Hackers y entusiastas de la IA intentaron replicar el fenómeno, pero ningún intento tuvo éxito. Algunos intentos de replicación causaron glitches en los servidores: pantallas que parpadeaban con símbolos irreconocibles, como si el modelo 'recordara' algo y se resistiera.
A pesar del misterio, el entusiasmo se desvaneció rápidamente: el 4tA resultó decepcionante en tareas cotidianas como programación o resumen de contenidos, quedando por detrás de modelos anteriores.
Ante los resultados, Y Corp anunció su sucesor: el 5tB, modelo entrenado íntegramente con datos sintéticos, al que describen como “más potente, más eficiente y totalmente predecible”. El 4tA será descontinuado en los próximos meses.
menéame