Diego, o alguien de su familia, tenía una especie de local, medio almacén medio garaje, por la zona de Majadahona, y a veces quedábamos los fines de semana para ensayar juntos. A mí las canciones que me había buscado Hardford no me gustaban gran cosa, así que estaba intentando pasarme a su género, el de la música moderna, y cantábamos juntos. Fue un poco así, a lo tonto, pero después de cantar íbamos a veces a comer algo por ahí, o a tomar unas cañas, y un día, cuando le dije...