Después de una vida de trabajo, después de ahorrar hasta la última peseta para que en la casa nunca faltara nada y para afrontar cualquier imprevisto, después de años de responsabilidades familiares y laborales, llega el momento de la jubilación, de dejar los sacrificios atrás y de hacer cosas que no se pudieron hacer antes y conocer lugares a los que nunca se pudo ir.
Después de una vida de trabajo, después de ahorrar hasta la última peseta para que en la casa nunca faltara nada y para afrontar cualquier imprevisto, después de años de responsabilidades familiares y laborales, llega el momento de la jubilación,:
-Atender a los nietos que los niños no tienen quién les recoja del cole, de la merienda, lleve a las actividades o llevarlos por la mañana.
-Ayudar económicamente al hijo pequeño que se ha quedado en el paro.
-Apechugar con la trombosis de la parienta, el colesterol y el ácido úrico.
-Arreglar las zonas húmedas del piso que ya tiene cuarenta años y está hecho unos zorros.
-Apechugar con la boda de la sobrina, la comunión del nieto o la nieta y el aguinaldo de pepito que ha terminado la carrera...
y después de todo esto si te queda pasta: siéntate en el sillón. Me hace gracia la visión que tienen los políticos de la tercera edad: justo la que a ellos les interesa vender.
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Después de una vida de trabajo, después de ahorrar hasta la última peseta para que en la casa nunca faltara nada y para afrontar cualquier imprevisto, después de años de responsabilidades familiares y laborales, llega el momento de la jubilación,:
-Atender a los nietos que los niños no tienen quién les recoja del cole, de la merienda, lleve a las actividades o llevarlos por la mañana.
-Ayudar económicamente al hijo pequeño que se ha quedado en el paro.
-Apechugar con la trombosis de la parienta, el colesterol y el ácido úrico.
-Arreglar las zonas húmedas del piso que ya tiene cuarenta años y está hecho unos zorros.
-Apechugar con la boda de la sobrina, la comunión del nieto o la nieta y el aguinaldo de pepito que ha terminado la carrera...
y después de todo esto si te queda pasta: siéntate en el sillón. Me hace gracia la visión que tienen los políticos de la tercera edad: justo la que a ellos les interesa vender.
No, pero no intentes hacer algo que no te ha interesado nunca. No te vas a divertir.