Un señor con cierto parecido con Vegeta atemoriza a tres guardias civiles hasta que a los cinco minutos vienen unos compañeros y lo reducen. No me quisiera imaginar si esta persona intentase hacer lo mismo en EEUU. Lo que si me imagino es lo duro que tiene que ser la vida diaria de un agente de la benemérita enfrentandose a situaciones como esta.
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