Siegfried Ramler, intérprete de Hermann Göring y otros jerarcas nazis en el histórico Juicio de Nuremberg, afirma que los acusados de ese proceso no dieron muestra alguna de arrepentimiento, algo que atribuye, entre otros factores, a un antisemitismo que les impedía ver a sus víctimas como seres humanos.A sus 85 años, Ramler, judío de origen austríaco, es uno de los muy escasos testigos directos aún vivos de ese juicio, abierto hace hoy 65 años y sobre el cual se inaugura mañana un museo en la ciudad alemana en la que se celebró.
La raza superior actuó peor que cualquier delincuente común y el único recuerdo que se tiene de ellos son los millones de victimas de una guerra torpe e idiota como el bigotito de su líder de quinta y buen exponente de lo que es un dictador y para lo que sirven, para nada.
En el artículo se menciona a Albert Speer, y tal como dice, era un hombre muy inteligente.
Recomiendo encarecidamente la lectura de sus memorias y del diario que escribió durante su periodo recluido: Diarios de Spandau.
En este último reflexiona, entre otras cosas, sobre el poder de convicción de Hitler y como se dejó manipular por él y se negó a ver las atrocidades que se cometieron, si bien en el juició declaró que el no sabía nada de ello, a pesar de que hay fotos en las que se le ve en uno de los campos de concentración.
También habla un poco sobre como consiguió mantener la industria alemana en pie durante toda la guerra, a pesar de los bombardeos y las excentricidades de Hitler, lo cual es también muy interesante.
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La raza superior actuó peor que cualquier delincuente común y el único recuerdo que se tiene de ellos son los millones de victimas de una guerra torpe e idiota como el bigotito de su líder de quinta y buen exponente de lo que es un dictador y para lo que sirven, para nada.
En el artículo se menciona a Albert Speer, y tal como dice, era un hombre muy inteligente.
Recomiendo encarecidamente la lectura de sus memorias y del diario que escribió durante su periodo recluido: Diarios de Spandau.
En este último reflexiona, entre otras cosas, sobre el poder de convicción de Hitler y como se dejó manipular por él y se negó a ver las atrocidades que se cometieron, si bien en el juició declaró que el no sabía nada de ello, a pesar de que hay fotos en las que se le ve en uno de los campos de concentración.
También habla un poco sobre como consiguió mantener la industria alemana en pie durante toda la guerra, a pesar de los bombardeos y las excentricidades de Hitler, lo cual es también muy interesante.