"La productividad de los países de altos ingresos ha crecido más rápido que los salarios reales durante los últimos 25 años". Los empleados aportan un 29% más, pero sus salarios solo han subido un 15%. Si no se compara en términos de productividad, sino que se compara cómo crecen los salarios por territorios, los trabajadores occidentales, y particularmente los europeos, también salen mal parados. "Ajustar los salarios mínimos para proteger el poder de compra de los trabajadores de bajos ingresos debería seguir siendo una prioridad".
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