Un poco más sobre los personajes, la inspiración, y el tarot de Marsella. Taller de escritura (IX)

Después de la anterior entrega de @ContinuumST sobre los personajes, me apetece aportar algo más, que no enmendar nada de lo dicho.

Me parece muy interesante, y apropiada la recomendación de hacer fichas sobre la historia personal y el carácter de cada personaje. Yo añadiría algo más: le escribiría una pequeña biografía, incluso, con datos que no importen. Es decir, en qué colegio estudió, en qué trabajaban su padres, su clase social, dónde creció, si en un pueblo o en una ciudad, si en Jaén o en Zamora, y cosas por el estilo. Esos datos pueden luego salir a relucir en algún momento de la trama, ya sea en un diálogo o en un alusión, pero es bueno que existan y dan profundidad al personaje. Recordad que Tolkien escribía a veces el árbol genealógico de sus personajes y no volvía a mencionar jamás, para nada, a aquellos antepasados, pero a los lectores nos quedaba una impresión de realidad difícil de lograr de otro modo.

Por mi parte, creo que los personajes tienen que ser los necesarios para que transcurra la historia, y no al revés. No me gusta eso tan actual de tener unos personajes, porque nos mandan, porque tiene que haber un chino, un vulcaniano y una androidesa (todos sabéis a lo que me refiero) y pensar qué puede pasar entre ellos. Yo eso no lo veo, y me parece una manera muy triste de convertirse en mozo de cuerda del productor. Hala, ahí te van los ingredientes, y haz lo que puedas. La idea es lo primero, luego la historia, y luego los personajes que esa historia necesita. Cambiar el orden es de pobres desgraciados, o de empleados por cuenta ajena, que de todo hay y lo segundo no lo critico.

Por último, quisiera contaros una de las maneras en que yo caracterizo los personajes. @ContinuumST nos contaba que iba mezclando pàralelismos y atributos de personas conocidas, e insisto en que también lo hago y me parece una buena manera de crear personajes. Pero tengo una más: echarle las cartas al personaje. Le pongo nombre, le pongo edad, le asigno una serie de datos, y le echo las cartas, el Tarot de Marsella concretamente, para que me hable de su pasado y de su futuro.

Por eso tengo una barra del tarot en casa y por eso, manual en mano, aprendí a echar las cartas, como un buen pitoniso tradicional, cosa que desternilla de la risa a algunos de mis conocidos, que no me pueden imaginar a mí aficionado a esas cosas.

Pero lo soy. Para mis personajes, porque el tarot es una chorrada inmensa como fuente de adivinación, pero una herramienta fabulosa como fuente de inspiración. Si lo manejas un poco, puede ayudar a inventar historias, que es al fin y al cabo lo que hacen los que afirman hablar de tu futuro o de tus problemas.

Aquí queda ese pequeño secreto. Os lo recomiendo. No dejéis de probarlo.