Para demoler un sistema de aspiraciones democráticas bastan tres herramientas: la primera iguala la verdad y la mentira, la segunda equipara al rival político con el enemigo, la tercera difunde la idea de que la nación está en peligro de muerte. Trump utiliza hábilmente las tres. Llevamos dos meses asistiendo (con una iluminación perfecta) a la transformación de la democracia estadounidense en un sistema autoritario, bajo la idea de que la democracia, ese engorroso mecanismo de reglas y contrapoderes, es incompatible con la auténtica libertad.
|
etiquetas: democracia , autocracia , dictadura