No es una escena de una película. Es real como la vida: un niño de once años que vive en la ciudad de Cuiabá, en el Estado de Mato Grosso consiguió viajar solo y sin pasaje en un vuelo de la compañía áerea Gol. Se desplazó desde el aeropuerto de Cuibá hasta el aeropuerto de Guarulhos de São Paulo, a más de 1000 km, burlando todos los controles de seguridad. Su imagen no aparece en ninguna de las cámaras de control de pasajeros de ninguno de los dos aeropuertos.
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