Hace 4 años | Por hugamen a newyorker.com
Publicado hace 4 años por hugamen a newyorker.com

Durante miles de años, un parásito sin nombre vivió entre los murciélagos de herradura del sur de China, que evolucionaron hasta no darse cuenta de su presencia. Un día, el parásito, antepasado del SARS-Cov-2, tuvo la oportunidad y expandió su dominio. Quizás a través de un pangolín, o quizás no. El rastro genético no está claro, pero para sobrevivir en una nueva especie el virus tuvo que mutar radicalmente […] Y aquí estamos: enfrentándonos a una pandemia global.

Comentarios

hugamen

Un poquito largo y en inglés, pero un muy buen artículo y muy educativo.

K

#1 esta bien, si. Pero decir parásito para referirse a un virus es incorrecto, sería mejor el patógeno.

Txurruski

Por curiosidad, los espeleologos que andamos arrastrándonos entre mierda de murciélagos y con lo cual respirando el polvo de guano, nos deberían comprobar si podríamos tener alguna inmunidad ya que algún coronavirus de otra clase habremos pillado. Podría servir de estudio para futuros casos de coronavirus??? O del actual caso????

hugamen

#2 Ni idea, pero de toda la vida de FSM se dice que los murciélagos son uno de los principales reservorios de virus de la naturaleza.