Publicado hace 2 años por doctoragridulce a actualidad.rt.com

(...) El País y El Mundo junto al resto de diarios, las radios o las televisiones se preguntan por qué. ¿Qué demonios ha pasado para que Afganistán colapse si nuestro país y tantos otros llevan años invirtiendo miles de millones en la formación de un gobierno serio –esto es, títere, corrupto y violento– y en la creación de un ejército moderno –esto es, una banda inconsistente que no pasaría ni por guerrilla–? ¡Oh, Dios, no puede ser! ¿Qué clase de cataclismo o fatalidad inesperada ha acontecido?

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y

El periodismo, como casi todo en estos tiempos, es un negocio globalizado que además forma parte de la estrategia geopolítica mundial. Si bien siempre existirán periodistas de vocación con verdadero afán informativo, éstos no serán los que dirijan la línea editorial de los medios, vinculados como he dicho con el poder.

La información en bruto es conocimiento, así que siempre la vamos a recibir en el momento que interese, filtrada, matizada, interpretada e incluso manipulada y en el volumen que resulte conveniente según se pretenda aumentar el sensacionalismo (cuando no el pánico) o por el contrario hacer que algo pase lo más desapercibido posible.

socialista_comunista

Lo mismo que la progresía pero al revés, de la sobreactuación al silencio

Venga, ¿ningún brigalisto que plante cara a esos fanáticos religiosos que están usurpando la república de las manos de su pueblo?

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Y es que, con el paso del tiempo, las armas, los millones de dólares norteamericanos y los petrodólares, los muyahidines se convirtieron en talibanes. O mejor dicho, los hijos de los muyahidines se convirtieron en talibanes. Y no es una metáfora, es literal: Mawlawi Matiulhaq Khalis, uno de los líderes talibán, es hijo de Mawlawi Mohammad Yunus Khalis, famoso por asistir a la recepción de Ronald Reagan en la Casa Blanca a los "luchadores de la libertad"; o Anas Haqqani, fundador de la red Haqqani, y Sirajuddin Haqqani, líder supremo adjunto de los talibanes, son hijos de Jalaluddin Haqqani, líder muyahidín aliado de Estados Unidos contra los soviéticos que fue financiado por la CIA.

De aquel anticomunismo, las Torres Gemelas; de las Torres Gemelas, el Vietnam del siglo XXI; y del Vietnam del siglo XXI, el actual desastre de Afganistán. Porque los norteamericanos pretendían dejar al mando de Afganistán a tipos como Atta Mohammed Noor, líder de grupos paramilitares en el norte del país acusados de abusos, o Abdul Rashid Dostum, encausado por secuestrar y abusar sexualmente de un opositor. Casi nada. Y es que, por desgracia, Estados Unidos y Occidente, la OTAN en resumidas cuentas, han mantenido en Afganistán el mismo criterio que en el resto del planeta: amigos antes que demócratas, títeres antes que honestos.

Más allá de quiénes son unos u otros, la caída de Afganistán era evidente desde hace, no ya meses, sino años, pero ninguno de los grandes medios quiso explicarlo, porque entonces habría que haber cuestionado el fracaso de la Guerra contra el Terror perpetrada contra Irak y Afganistán.


El extnte Segura será polémico, pero en esto tiene toda la razón.