La muerte de Edward Kennedy, a causa de un tumor cerebral a los 77 años, ha resucitado la idea de que el clan más famoso de Estados Unidos está maldito. La presunta maldición siempre está ahí cuando a un miembro del clan Kennedy le pasa algo. Pero no hay tal "maldición", como se puede comprobar fácilmente. Si hay una maldición aquí, es la de la abundancia de dinero, poder y tiempo libre combinados con el gusto por asumir riesgos.
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