La oferta sorpresa de Musk es un torpedo contra la figura de Altman y sus planes para OpenAI. No tanto contra la organización en sí. 97.400 millones de dólares que buscan desestabilizar a una de las pocas personas dentro de la industria digital que se ha atrevido a desafiarle. “Esto sigue una lógica empresarial como operación hostil, porque se trata de una OPA, y a la vez, una lógica de castigo contra un enemigo jurado”, dice Frederic Mertens, director jurídico y profesor de la Universidad Europea de Valencia.
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