Las quejas no veranean. Y el enfado no descansa. Al contrario: en tiempos de crisis, las vacaciones son un ejercicio de reclamación constante en defensa de cada euro apoquinado. Lo dejaba ayer claro un informe elaborado por la Federación de Usuarios y Consumidores Independientes (Fuci), en el que se detalla que de verano a verano, el sol brilla con más rabia: en junio y medio julio, el colectivo registró un aumento "desmesurado" de las quejas contra el sector turístico, que ascendieron a 3.200. La cifra es un 22% más gruesa que...
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