Según informa la revista Nature en portada, se ha conseguido, por primera vez, seguir la pista a mutaciones genéticas específicas, producidas en sólo unas pocas generaciones, que permiten a una bacteria responder a los cambios ambientales. Este trabajo lo firma un equipo internacional encabezado por Hubertus Beaumont, de la Universidad de Leiden (Países Bajos) y en el que participa Paul Rainey de la Universidad Massey (Nueva Zelanda). Diversos estudios han mostrado que las bacterias pueden cambiar su fenotipo para sobrevivir en nuevos ambientes
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